“Y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las
naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos”
Hageo 2:7.
Transfondo histórico del libro de Hageo
Libro de los llamados “profetas menores”, escrito por Hageo en el año 520
a.C. periodo post exílico. Se cree que tenía mucho mas de 70 años cuando
escribió el libro, los judíos habian regresado de Babilonia por medio de un
edicto del rey Ciro de Persia en el comienzo del reino Medo Persa. Los judíos
volvieron a tierra santa después de 70 años de cautiverio a reconstruir la
ciudad de Jerusalén, comenzando por los muros y con el objetivo central de
restaurar el templo que habia sido destruido en la invasión de los babilónicos.
Cuando se inició la restauración de la ciudad se levantaron grandes enemigos
y muchos osbtáculos de los enemigos de Israel, se paró la obra principal que
eran los muros y el templo.
Dios levantó a Hageo junto con el profeta Zacarías y comenzaron a exhortar a
Zorobabel y a la nación, para a continuar la construcción de la casa de Dios y
4 años después se inaguró el templo con esta gran promesa: “La gloria
postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los
ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos” Hageo 2:9.
Explicando el versículo
Jehová Dios promete la restauración total de la nación hebrea para el futuro,
pero sin antes enviar grandes juicios sobre el mundo impío en “su día”, la ira
venidera o la llamada gran tribulación, (Mateo 24:21) periodo que deberá
indefectiblemente vivir y sufrir Israel (Jeremías 30:7, Apocalipsis 12), para
luego enviar al mundo “el deseado de todas las naciones” para que este pueda
gobernar el mundo con justicia y rectitud (Salmo 2, Daniel 2:44, Lucas 1:31-
33), es decir el Mesías, el Señor y Salvador del mundo. No olvidemos que la
gran promesa del MESÍAS es en primer lugar para Israel (Deuteronomio
18:15, Isaías 7:14, Mateo 1:21, 17:17, Gálatas 4:4).
El vocablo Mesías viene del hebreo Meshiach, que significa “el ungido”. En
griego es El Christos. Ambos vocablos llevan la idea de este personaje es
ungido por Dios, pero básicamente con el Espíritu Santo (Isaías 61:1-3,
Lucas 4:18, Hechos 2:36, 10:38). El nombre en hebreo es Yeshua (Jesús en
español) significa “Salvador”, o “liberador”, sin lugar a dudas Jesús es el
Mesías de Israel, y el único salvador del mundo, el cual desde su anunciación
hasta su asunción al cielo, cumplió mas de 300 profecías mesíanicas.
El deseado de todas las naciones
En honor a la verdad el mundo impio no espera a Jesucristo, y las religiones
falsas y sectas del diablo no creen, no predican, ni esperan el rapto, o mejor
llamado el arrebatamiento de la iglesia, el cual, Sí anhelamos los creyentes: “Y
el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed,
venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente” Apocalipsis
22:17, (Romanos 8:24-25, 2ª. Timoteo 4:8, Tito 2:13). El comunismo, el
marxismo, el humanismo secular, los gobiernos impíos, los hombres
incoversos, las grandes logias del mundo y las filosofías de la Nueva Era, no
esperan a Jesucristo, mas bien el mundo y los líderes de este sistema actual lo
que esperan y lo que recibirá pronto, es al anticristo, el falso mesías (2ª.
Tesalonicenses 2:3,1ª. Juan 2:18, Apocalipsis 13:1-4).
¿Por qué entonces se dice “el deseado de todas laciones”? muy sencillo, existe
en el fondo del corazón del ser humano una gran esperanza que, aunque a
veces muda, nunca se apaga ni se apagará. La esperanza y el deseo de que
algún día en un futuro no muy lejano, emerga un gobernante verdadero, justo,
incorrupto, imparcial, y poderoso; que en verdad vele por los pobres y los mas
débiles y establezca paz social en todo el globo terraqueo. De hecho la mas
diversas religiones esperan una especie de mesías o salvador, que coloque a
este mundo en un nivel muy superior que hasta hoy a tenido.
“El Deseado de todas las naciones”, es el líder que en el fondo de su ser toda
la humanidad anhela, y este tiene que ser, sin lugar a dudas, alguien que haya
demostrado, no con palabras sino con hechos, que su motivación absoluta para
gobernar es el amor a los demas. Y que el deseo auténtico de su corazón es
servirles y no ser servido por ellos. Que es de una humildad y sencillez tan
grande, que se pone de rodillas y lava con sus propias manos los pies de todos
los miembros del colegio apostólico (Juan 13:3-5, Mateo 20:28). Así les
enseña con hechos como deben servir y tratar a quienes estarán bajo su
cuidado en su gobierno.
¡Qué gran diferencia con el orgullo que les suele subir hasta la cabeza a los
que ascienden al poder y gobiernan las naciones! Déspotas, insensibles,
discriminadores, orgullosos, engreídos, vanidosos, egocéntricos, amantes del
poder y del dinero.
Culminación
La sublime prueba de verdadero amor de un líder o estadista por su pueblo es
entregar la vida por sus súbditos. El “Deseado de todas las naciones” es
Jesucristo el Hijo de Dios, el cual va a romper el ciclo infernal al cual han
estado sometidos los pueblos desde los albores de la historia, pero al mismo
tiempo gobernará las naciones con equidad, firmeza, ley divina y vara de
hierro: “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre
que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda
rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y
toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”
Filipenses 2:9-11.
“Yo publicaré el decreto;Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré
hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los
confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro; Como vasija de
alfarero los desmenuzarás. Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; Admitid
amonestación, jueces de la tierra. Servid a Jehová con temor,Y alegraos con
temblor. Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; Pues
se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían”
Salmo 2:7-12.