“Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a
quién he creído, y estoy seguro de que es poderoso para guardar mi depósito
para aquel día” 2°. Timoteo 1:12.
Por eso estoy sufriendo aquí, en prisión; pero no me avergüenzo de ello,
porque yo sé en quién he puesto mi confianza y estoy seguro de que él es
capaz de guardar lo que le he confiado hasta el día de su regreso.” Nueva
Traducción Viviente.
Un viejo predicador aconseja a joven predicador
Las dos cartas de Pablo a su “hijo en la fe” Timoteo escritas entre los años 65-
67 d.C. son epístolas pastorales, ya que se entiende que el insigne apóstol ya
estaba en los últimos días de su vida, era un hombre de edad avanzada, escribe
y aconseja a un joven ministro como Timoteo en cuanto al cuidado que este
debía dar a la iglesia de Cristo. En cortas palabras, es el viejo y experimentado
pastor, aconsejando a un joven e inexperto pastor. Pablo está en Roma
encarcelado por causa de su fe y sabiendo que el tiempo de su muerte ya llegó
(2°. Timoteo 4:8) está expresando en esta carta sus últimas palabras y dando
al joven predicador Timoteo sus últimos y sabios consejos.
El joven pastor Timoteo seria líder de una gran congregación en Efeso y Pablo
le hace consciente de su gran responsabilidad pastoral sobre esta emergente
iglesia, a su vez Timoteo debía ser sumamente cuidadoso de enseñar
correctamente la doctrina cristiana y por último que la sana doctrina no solo se
predica sino también se defiende con fuerza y convicción.
¿Que quiso decir Pablo con “mi deposito”?
La frase “mi depósito” no es muy clara y no todos los exégetas bíblicos se
ponen de acuerdo en lo en realidad significa, en el contexto se plantea que
nuestra predicación cristiana debe ser firme y llena de convicción, que nuestra
fe esta puesta totalmente en Cristo y que independiente de lo que pase, en la
tierra Dios es poderoso para mantener incólume lo que hayamos guardado en
el cielo, nuestro DEPÓSITO.
Deposito= “Acción de depositar, algo que guarda en un lugar seguro, el
depósito es una operación en la que una entidad financiera custodia el dinero
de un cliente. Es decir, guarda su dinero, para que a cambio remunere según
el plazo y cantidad al cliente por tener inmovilizado su dinero”.
Esto indicaría que el cielo es un lugar donde los creyentes guardan las cosas
de mayor valor en su vida espiritual. Pablo sabía que toda su larga carrera
ministerial y su servicio al Señor, tenía dividendos espirituales. Tener depósito
en el cielo indica claramente que Pablo tenía riquezas no materiales en la
gloria, la Biblia menciona en muchos pasajes el valor de tener riquezas
espirituales en la gloria eterna más que en la vida terrenal: “No os hagáis
tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones
minan y hurtan; sino haceos, tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín
corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro
tesoro, allí estará también vuestro corazón” Mateo 24:19-24 (Salmo 49:6,
Proverbios 22:1, 27:24, Hebreos 11:26, Santiago 5:2).
En términos bancarios un depósito es una operación en la que una entidad
financiera custodia el dinero de un cliente, es un producto de ahorro en que el
cliente guarda y confía su dinero a una persona o una entidad financiera y
ambas partes acuerdan un tiempo para que este dinero esté protegido en el
banco y muchas veces otorgue una ganancia por medio del interés. Pablo
había confiado toda su riqueza espiritual a Dios quien tenia guardado este
“tesoro” en el reino de los cielos.
Los griegos denominaban THEKE al depósito o bodega de los barcos que se
cargaban con víveres para largos viajes. Despensa, almacén para guardar
muchas cosas. Caja, cofre. De ahí viene biblioteca, hemeroteca, etc.
¿Como esta mi depósito en el cielo?
Los seres humanos están siempre preocupados de los logros materiales, lo que
no es malo en sí mismo (títulos, casas, carros, posesiones etc.), pero olvidan el
gran valor de los logros espirituales (Proverbios 30:8, Mateo 6:33, Lucas
6:20, 2°. Corintios 8:9, Santiago 2:5, Apocalipsis 2:9), los cristianos
tenemos la mente de Cristo y vivimos en manera distinta al mundo: “No
mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas
que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” 2°. Corintios
4:18. Que no nos vaya a pasar lo que le sucedió al rico insensato que narró
Jesús (Lucas 12:16-20) y que al final el Señor reflexiona y dice: “Así es el
que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios”. En todos estos años
sirviendo al Señor debo preguntarme: ¿Cómo esta mi depósito en el cielo? No
olvidemos la gran pregunta hecha por el Señor: “Porque ¿qué aprovechará al
hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa
dará el hombre por su alma?” Mateo 16:26.
Los “tesoros en el cielo” son cosas de valor en el reino venidero de Cristo,
tales como la justicia, la oportunidad de que todos sean productivos, la
provisión para las necesidades de todos, una vida de oración, de ayunos
constantes de lectura bíblica, de participación constante en la obra del Dios,
etc. La implicación es que es mejor invertir nuestro dinero en actividades que
transformen el mundo, que en instrumentos financieros que protejan nuestra
superabundancia acumulada.
Culminación
Hermano si aún no la tienes abre tu cuenta bancaria en el cielo, si ya la tienes
sigue depositando en el cielo para el presente y especialmente para la
eternidad. Entonces, ¿es incorrecto tener un plan de jubilación o incluso
interesarnos en tener cosas materiales de este mundo o que otros las tengan?
No para nada, pero las prioridades para el creyente verdadero serán siempre
las espirituales (Colosenses 3:1). Amén
