“Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron” Hechos 13:1-3.
Había= Este verbo da a entender que era una iglesia real, el libro de los Hechos es eso un relato de vivencias, hechos, acciones etc. Esta iglesia era existente, viva, con presencia en la ciudad, activa, dinámica etc.
Antioquia= Una de las tres ciudades mas importantes del imperio romano (las otras dos eran Roma y Alejandría). Allí se les llamó por 1ª. Vez a los discípulos “cristianos”, allí se formó una poderosa iglesia, uno de los centros de operaciones del cristianismo primitivo y un centro misionero de la época.
Profetas y maestros= Ministerios realmente genuinos (Hebreos 5:4) que eran constituidos por Dios (Efesios 4:11-13). Los profetas daban una palabra fresca del Señor, pero los maestros enseñaban doctrina; poder y enseñanza unidas.
Ministrando estos al Señor= Esto significa sencillamente y básicamente que esa gente “servía al Señor”, había un espíritu de trabajo, de servicio, se doctrinaba, se trabajaba en la obra.
Ayunando= La vida de la verdadera iglesia del Señor es una vida de consagración constante, de oración y ayunos (Isaías 5:6, Joel 2:12, Mateo 7:7, 1ª. Tesalonicenses 5:17).
Dijo el Espíritu Santo= Hoy en la mayoría de las congregaciones actuales no habla el Espíritu Santo sino el hombre, pero cuidado muuuuuuchos se atribuyen que Dios les habla y no es en el orden de Dios. Dios habla en orden y generalmente habla al líder.
“Apartadme a Bernabé y a Saulo”= Los ministerios los entrega el Señor (Mateo 13:3, Hebreos 5:4), pero el pastor y la iglesia recibe testimonio, no todos pueden coordinar y predicar, no todos pueden tener ministerio o un llamado aunque algunos aseguren tenerlo. “Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron”, Dios no es Dios de confusión.