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Introduccion

“Por tanto, vivo yo, dice Jehová el Señor, ciertamente por haber profanado
mi santuario con todas tus abominaciones, te quebrantaré yo también; mi
ojo no perdonará, ni tampoco tendré yo misericordia” Ezequiel 5:11.
“Sus sacerdotes violaron mi ley, y contaminaron mis santuarios; entre lo
santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre inmundo y
limpio; y de mis días de reposo apartaron sus ojos, y yo he sido profanado

en medio de ellos” Ezequiel 22:26.

Introducción

Ezequiel, uno de los más grandes profetas de la historia, extraordinario
hombre, hijo de sacerdotes, profetizó a Israel en uno de los peores momentos
que vivió la nación en cuanto a su estado moral y espiritual, este libro fue
escrito entre los años 590-570 a.C. si el pueblo no se arrepentía y no se volvía
a Dios a tiempo el juicio divino caería como un aguacero sobre ellos e irían
cautivos a la ciudad de Babilonia, capital del imperio Caldeo, así
lastimosamente ocurrió. Ezequiel fue uno de los tantos que llegó a la
cautividad con muchos otros judíos.

Presentacion

En estos dos pasajes que encabezan este tema se muestra uno de los más
grandes pecados cometidos por la nación de Israel y por sus líderes; la
profanación del santuario y del nombre de Dios.
El termino profanar indica=“Contaminar, se llama profanación al uso
irresponsable o irrespetuoso de objetos, personas, incluso
edificios/instituciones o todo aquello considerado sagrado. Aquello que no es
sagrado ni sirve a usos sagrados, sino puramente secular. Que es contrario a
la reverencia debida a las cosas sagradas. Libertino o muy dado a las cosas
del mundo”.
El texto hebreo lee JALA; “contaminar, manchar” también lee HALAL
“hacer común” y otra palabra es BEBELOO; “atravesar el umbral, traspasar

algo sagrado”. Israel pecó en manera fragrante contra Dios principalmente en
la terrible idolatría que se practicaba en el mismo templo
Los pecados de Jerusalén se asemejan a los pecados de la iglesia actual. Los
principales violadores de la ley eran los propios sacerdotes, es decir los
líderes. Hoy sucede exactamente igual, los grandes culpables de la actual
mundanalidad en que está sumida la iglesia de este tiempo son los líderes de
iglesias, nótese que Dios dice “sus sacerdotes” y no “mis sacerdotes”. Una
cosa es vivir una vida de maldades y pecados, pero otra cosa aun peor, son los
pecados que se cometen dentro de la casa de Dios al profanar el santuario
mismo.

Aplicacion

Los grandes líderes de hoy han contaminado la casa de Dios, ellos han perdido
el discernimiento de espíritu, llamando santo a lo corrupto, y malo a lo
sagrado (Levítico 10:10, Jeremías 15:19, Malaquías 3:18). Los profetas
modernos ven a la gente solo como mercadería y su ministerio solo un medio
para alcanzar lucro; “Y por avaricia harán mercadería de vosotros con
palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se
tarda, y su perdición no se duerme” 2°. Pedro 2:3, “…Adulando a las
personas para sacar provecho” Judas 3. Estos tipos arrebatan presa
derramando sangre para obtener ganancias injustas; “Y sus profetas recubrían
con lodo suelto, profetizándoles vanidad y adivinándoles mentira, diciendo:
Así ha dicho Jehová el Señor; y Jehová no había hablado” Ezequiel 22:28.
Las congregaciones actuales han introducido todo tipo de mundanalidad,
libertinaje y paganismo dentro del santuario (Mateo 21:12-13, Juan 2:13-22,
Santiago 4:4, 1°. Juan 2:15-17, Apocalipsis 22:15) ¡Es absolutamente
vergonzoso ver en que han convertido la casa de Dios los grandes apostatas de
este tiempo! Produce santa indignación ver como estos tipos se ríen de la
santidad, de la consagración, del temor de Dios, de la senda antigua y de la
venida del Señor Jesucristo por su santa iglesia; burladores, querellosos,
infatuados, amantes de los deleites más que de Dios. Estos canallas, apostatas
y profanadores en vez de ser denunciados por la iglesia son admirados,
respetados e idolatrados por la gente cristiana que los ha convertido en ídolos
evangélicos modernos; “Hijitos, guardaos de los ídolos…” 1°. Juan 5:21.

Palabras finales

¿Dónde están los grandes profetas como Ezequiel, Elías, Samuel, Jeremías,
Juan el Bautista? Los cuales denunciaban con santa indignación y celo santo
toda la corrupción y apostasía del pueblo de Dios, ellos nunca jamás le
“tiraron flores” a la iglesia, los verdaderos profetas del Señor nunca adularán a
una nación corrupta y depravada, muy por el contrario siempre la llamarán al
arrepentimiento Isaías 1:18, Mateo 3:2, Hechos 3:19, Lucas 13:3. Es
espantosa y fragrante la apostasía en que han caído los famosos líderes neo
pentecostales y sus “súbditos” latinos, quienes desde el mismo altar sagrado
de Dios, lugar donde se debe predicar el evangelio, la santidad y llamar al
arrepentimiento, se motiva a la gente a ser liviana, mundana y pagana, y se
practican todo tipo de aberraciones, mundanalidades y paganismo que en
nadie se diferencia con los grandes espectáculos mundanos, es decir estos
grandes apostatas profanan el santuario y el nombre mismo de Dios.

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