“En amor habiéndonos predestinados para ser adoptados hijos suyos por
medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la
gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el amado” Efesios 1:5-6.
“Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al
acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él
quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo. De manera que alabamos a Dios
por la abundante gracia que derramó sobre nosotros, los que pertenecemos a
su Hijo amado” Nueva Traduccion Viviente
Introducción
Carta de Pablo escrita cerca del año 62 d.C. una de las epístolas mas hermosas
y teológicas escrita por el gran apóstol, se dice que es “la cumbre de la
revelación bíblica”, ya que mas que abordar problemas internos, asuntos
eclesiásticos o conflictos entre hermanos, esta carta apunta a una
extraordinaria y profunda revelación que Dios le entregó por medio de una
profunda vida de oración, para mostrar la maravillosa obra de la gracia en
favor del hombre, y la extraordinaria y magnifica persona de nuestro Señor
Jesucristo, en su relación con la santa iglesia por el formada.
Los creyentes están en la fe salvadora, no por méritos propios, sino por la
santa gracia del Eterno, pero estos creyentes salvados por gracia, deben vivir
una vida de acuerdo al nivel que Dios los puso a cada uno. Aun la familia
cristiana y cada componente de ella debe hacer brillar la luz de Cristo en sus
vidas y testimonios, y glorificar a Cristo con sus hechos “Así alumbre vuestra
luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y
glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” Mateo 5:16.
Presentación
El primer capítulo de esta preciosa carta irrumpe en el lector con una soberbia
y magistral exposición de las maravillosas bendiciones espirituales que Dios
nos a entregado a cada uno de nosotros por medio de la persona de su Hijo
Jesucristo. Todas y cada una de las maravillosas bendiciones recibidas son por
medio de Cristo, de ahí que Pablo haya usado 36 veces el término “en Él” en
esta carta. El evangelio no es una religión mas, una creencia espiritual, una
multitud de ordenanzas y preceptos religiosos para vivir y guardar, sino una
relación real, profunda y personal con el Cristo vivo, con un Dios personal
(Gálatas 2:20), La escritura es clara en señalar que existe un antes y un
después de Cristo, una vida antigua y una vida nueva, una criatura vieja y una
nueva criatura en Cristo Jesús, y que somos hijos de Dios solo por voluntad
divina y por la fe en el Hijo de Dios (Juan 1:11-13, 3:3, Colosenses 3:5-10,
Gálatas 3:26, 1ª. Pedro 1:23, 1ª. Juan 3:1-2).
Aplicación
De las múltiples revelaciones que Pablo aquí expone la principal es el objetivo
por el cual Dios nos creó; el nos hizo para alabanza de su gloria. Aquí se
expone que fuimos escogidos “En Cristo” antes de la fundación del mundo
para ser santos y sin manchas, es decir, todo aquel que viene a Cristo, lo recibe
y permanece en él, está predestinado para la salvación, pero también para vivir
una vida limpia y santa (Eclesiastés 7:14, Hebreos 12:14, 1ª. Pedro 1:15), y
toda esta bendición es por una sola razón, SU AMOR, por ninguna otra.
Además, nos ha adoptados como hijos de Dios, pues por naturaleza éramos
hijos de ira e hijos del diablo (Juan 8:44, Efesios 2:3, 1ª. Juan 3:8), nos
escogió “según el puro afecto de su voluntad”, es decir, solo por que él quiso,
por que a él se le plació (1ª. Corintios 1:26-29), pero el objetivo básico,
esencial, elemental, principal y fundamental es para alabanza de su gloria, tal
como lo relata Génesis 1:26-17, Salmo 8:1-9, Hebreos 13:15.
Los seres humanos fueron creados por Dios para un propósito glorioso, no
somos animales, ni el producto de la evolución y de la casualidad, sino muy
por el por contrario, nos creó para liderar su creación, para mostrar en
nosotros su poder, gracia y misericordia, pero principal y básicamente para
que le amaramos, sirviéramos y adoráramos su santo nombre.
Una de las preguntas mas importantes que la humanidad se hace, que ni la
ciencia, ni la historia, ni la religión, ni la antropología pueden responder es
¿para qué fue formado el hombre? ¿por qué existe? ¿para qué está en el
mundo? La Biblia responde estas preguntas en forma clara y categórica; para
su gloria. Dios creó al mundo de la nada. Las plantas y animales los creó con
tiempo finito, pero al ser humado lo creó para la eternidad.
Sin conocer a Dios la vida no tiene real sentido, podemos lograr y realizar
todos los sueños humanos, existenciales, materiales, emocionales, pero sino
conocemos, servimos y adoramos al Creador, la vida pierde todo sentido.
Servir, honrar y alabar a Dios no es una premisa del pueblo evangélico
pentecostal, es una expresión clara de la voluntad del Eterno, y se manifiesta
así en toda la escritura, el nos hizo con ese gran y maravilloso propósito.
“Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé
y los hice” Isaías 43:7.
Culminación
Definitivamente Dios se merece toda la alabanza, toda la gloria. El objetivo
que le motivó al Eterno y único Dios el bendecirnos en esta manera es “para
alabanza de la gloria de su gracia”. Dios no fue motivado a concedernos
estas bendiciones porque Él vio algo bueno en nosotros, ningún ser humano
tiene mérito alguno para merecer las bendiciones de Dios. Cumplamos ese
gran propósito de Dios en nuestras vidas.
La gloria de su gracia; Gloria es la grandeza, el resplandor, la magnificencia
de la presencia divina. Gracia es el la bondad, la misericordia, el favor
inmerecido de Dios hacia el hombre. El ejemplo máximo de esto se halla en el
amor salvador de Dios hacia la humanidad. Por eso: “Te alaben, oh Jehová,
todas tus obras, y tus santos te bendigan” Salmo 145:10. Amén.