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Introducción

“Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase” Génesis 2:15.
“Yahvé Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara” biblia Latinoamericana.

 

La importancia del libro de Génesis

El libro de Génesis fue escrito por Moisés, es uno de los cinco libros del pentateuco y tiene una vital importancia pues sirve como introducción a toda la biblia, y es útil en la comprensión del origen del mundo, del hombre, del pecado, de los idiomas, de las razas, de las sociedades, de los gentiles, del pueblo judío, etc. En el hebreo lee BERESITH y significa “principio, origen, comienzo”, los descubrimientos arqueológicos modernos confirman su historicidad y Moisés estaba extraordinariamente preparado por su educación egipcia (Hechos 7:22) para escribirlo.

 

Adán y su fracaso en el huerto

El huerto del Edén fue la casa de Adán, su hogar, su hábitat. Dios le dio la tarea de labrarlo (trabajarlo, cultivarlo) y guardarlo (cuidarlo, protegerlo, darle cobertura). Adán Fracasó en guardar el huerto pues permitió que entrara la serpiente y tentara a su mujer, descuidó a Eva, desobedeció la palabra de Dios, se escondió de su creador y se justificó en forma infantil. Finalmente fue expulsado del huerto con las consecuencias que todos conocemos (Génesis 3:24, Romanos 5:12).
Este capítulo 3 nos detalla la creación del hombre y de la mujer, y la institución del matrimonio, que es pilar y fundamento básico de la sociedad hasta los días de hoy, a los políticos, jueces, gobernantes, libre pensadores y líderes del mundo les haría bien leer este libro y aceptar con humildad los grandes principios bíblicos y los valores cristianos.

 

Padres y esposos descuidados de su huerto

Hoy tenemos una gran mal en el mundo y dentro de las iglesias; los padres y esposos fracasados en labrar y cuidar su huerto, su hogar, su casa, su familia. El diablo ha entrado a miles y miles de hogares y familias y literalmente las ha hecho pedazos (Juan 10:10, 1ª. Pedro 5:8, Apocalipsis 9:11), ¡querido hermano nunca olvides que si eres casado y formaste un hogar, Dios te puso frente a esa familia como guardián de ella!

Vivimos en un mundo infestado por el pecado y el caos, y lo que es peor dentro de nuestras congregaciones cientos y cientos de familias se destruyen cada día en forma caótica y espantosa, casi la mayoría de los casos por culpa del “capitán del barco”, el esposo, el padre, el jefe de hogar, algunos más preocupados de su trabajo, de sus amigos, de la televisión, del deporte, del carro, del cargo en la iglesia, de su pastorado, etc. De cualquier cosa menos de su huerto, de “labrarlo y cuidarlo”.

 

Siete consejos para ser buenos guardianes del huerto

  1. Provea para las necesidades su hogar este provisión no es solo material, aunque la incluye naturalmente (Génesis 3:17-19, 1º. Timoteo 5:8) ¡no permita que su mujer trabaje mientras usted está de vago en la casa! Provea también para las necesidades emocionales, sentimentales, espirituales de sus seres queridos (1ª. Corintios 11:3, Efesios 5:28-29, 1ª. Pedro 3:7). De lo que usted recibe de Dios, provisión material, protección, amor, atención, cuidado etc. dé también lo mismo a los suyos.
  2. Sea un padre y esposo amante de su familia El amor es la base del matrimonio y la familia, amar a la esposa es un mandamiento, Dios lo ordena y se debe amar a la esposa como Jesús lo hace con su iglesia (1ª. Corintios 7:33, Efesios 5:25 y 33, Colosenses 3:19). Tu esposa es la mujer de tu pacto Malaquías 2:14, es decir ella es tu compañera de toda la vida, la mujer de tu juventud, tu ayuda idónea, debes ser fiel y amarla siempre. La versión Latinoamericana dice en Filipenses 3:19 “maridos, amen a sus esposas y no les amarguen la vida” ¡cuántas mujeres amargadas existen por falto de amor y atención!
  3. No descuide a su mujer, valórela Destaque las virtudes de su mujer, reconozca su aporte al éxito de su familia. No sea crea el “sabelotodo”, ni presuma de sus éxitos y bendiciones sin reconocer el aporte de su compañera ¡cómo puede ser que alabemos las virtudes de nuestro carro, las acrobacias de nuestro perro, las frases chistosas del loro! pero ignoremos las virtudes de nuestra amante esposa (Proverbios 31:28).
  4. Enseña a sus hijos en el amor y la disciplina bíblica O criamos a nuestros hijos en la “ley de la jungla” o en la ley de Dios, no tenemos disciplina en la sociedad actual, la biblia nos dice que debemos amor entrañablemente pero con corrección y disciplina bíblica (Proverbios 22:6, Efesios 6:24). No deje a la TV que sea la niñera de sus hijos y empiece usted a tomar el lugar de educador. No tenga temor en aplicar vara a su hijo cuando este se porte mal, ¡a futuro se lo agradecerá!
  5. Proteja a su familia del veneno de la Nuera Era No permita por nada que los principios satánicos de la Nueva Era y del relativismo moral infecten a sus hijos, enséñeles la palabra de Dios y adviértalos de este virus, enséñeles moral bíblica. Cuide el huerto de la serpiente y sus mentiras (2ª.corintios 11:3). Las redes sociales, la televisión moderna, el twitter, el Facebook, los mails, los blogs etc. son un gran peligro para nuestros hijos y un instrumento destructivo usado por los grandes líderes liberales de la Nueva era, para pervertirlos y apartarlos de nuestro lado.
  6. Viva una vida santa y de consagración Todo lo que podamos decir y enseñar de palabra de Dios y los principios del cristianismo, pierde valor e influencia, si no somos un ejemplo a nuestra familia con hechos y vida piadosa (Mateo 7:21, Santiago 1:22-15). La vida de oración de un jefe de hogar y principalmente del ministro de Dios, son sin lugar a dudas, los principales pilares y ejemplo de un jefe de hogar para su familia (1ª. Tesalonicenses 5:17, Santiago 5:16-18). Como alguien dijo “Prediquemos con el ejemplo y si es necesario, usemos las palabras”.
  7. Sea un hombre amante de la casa de Dios y servicial en la obra Enséñele a sus seres queridos el valor y el gozo de congregarse y servir a la obra de Dios de todo corazón. Existen padres que muestran más alegría y satisfacción en ir de pesca, ir al cine, ver TV, dormir siesta, asistir a una comida que en congregarse y alabar a Dios en su casa de oración (Salmo 84:1, 122:1, Hechos 5:12, Hebreos 10:25), jamás sus hijos y esposa amarán estar en la iglesia y bendecir a Dios en los cultos, si no lo ven en usted primeramente. Un hijo de Dios no puede tener el cuidado pastoral que debe si no está asistiendo la iglesia, se secará él, y toda su familia.

 

Palabras finales

El que no cuida de esta manera su huerto, su hogar y familia, está en rebelión abierta contra Dios y va al seguro fracaso ¡Si es que ya no lo está! Dios le dio una gran responsabilidad a Adán, la cual no cumplió ¡No cometamos la misma torpeza ni el mismo pecado! Dios no solo nos hizo hombres sino que también nos manda a actuar como tales; “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia” Efesios 5:25-29.

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