“No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas” Hebreos 13:9.
De las muchas sectas que existen en nuestros días hace poco el diablo instauró otra más (no le basta con las muchas que ha propagado) esta secta es que la promueve la doctrina de la “diosa madre”, esta herejía es “el caballito de batalla” de la iglesia de Dios sociedad misionera (la cual no es iglesia, ni es de Dios, ni misionera, quizás a lo que más alcanza es a una sociedad).
En este tiempo actual se está introduciendo en la sociedad una falsa Iglesia “cristiana” SOCIEDAD MISIONERA MUNDIAL O IGLESIA DE DIOS, que trata de hacernos creer que existe un Dios Padre y una Diosa Madre. Esta doctrina de origen “coreana” es muy peligrosa, ya que tratan de ganar adeptos con folletos coloridos, haciendo proselitismo y muy buena retórica.
La Iglesia de Dios es falsa, ellos dicen seguir las enseñanzas de la Biblia y creen en el segundo Cristo Ahnsahnghong y la Madre Jerusalén. Según ellos en la Biblia Dios es descrito en plural, y está escrito que Dios tiene una imagen masculina y una imagen femenina. Esto quiere decir que hay un Dios de imagen masculina y un Dios de imagen femenina, pero esta postura es solo paganismo greco romano.
Esta secta asegura que Dios tiene “una imagen masculina y otra femenina” tal como su propia página oficial lo dice. Ellos afirman que esa madre, es La nueva Jerusalén, tergiversando el pasaje bíblico que dice; “Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre”
Gálatas 4:26. Este verso lo único que indica en su contexto es la realidad de los dos pactos; el del Sinaí y el de Gólgota, y que así como a los judíos Dios les ha prometido una ciudad para acogerlos y recibirlos aquí en la tierra, así también a los creyentes Dios les ha prometido en el cielo la nueva Jerusalén, que es la ciudad que nos acogerá y recibirá como una madre recibe a sus hijos. Así lo confirma la versión del lenguaje moderno; “Pero Sara representa al nuevo pacto, por el cual pertenecemos a la Jerusalén del cielo, la ciudad de todos los que somos libres”.